¿Cómo debemos de proceder entonces, para determinar correctamente el costo de nuestra obra?, Nuestro consejo, por nuestra experiencia nos indica lo siguiente:
Una construcción, cualquiera que fuera, grande o pequeña, obra nueva o remodelación, tendrá que tener una documentación completa y acabada, de no ser así esta primer variable “el producto”, no se encuentra definido y entonces todo lo que se calcule será del mismo modo indefinido, o supuesto. Pero aquí surge el viejo refrán que dicta: “quien nació primero si el huevo o la gallina”, y entonces, debemos de definir si el costo de construcción será el que define el proyecto, o el proyecto definirá el costo. Este aspecto no es menor si es que no queremos trabajar de gusto; nosotros nos inclinamos aconsejando siempre trabajar conociendo del comitente cuanto quiere invertir, si no poseemos este dato deberíamos comenzar por definir si la obra será de categoría media o suntuosa.
La práctica nos ejercita en poder determinar que materiales serán prohibitivos para nuestro cliente, pero aquí debemos de hacer una aclaración muy importante que tiene que ver con el costo beneficio; para dar un ejemplo concreto, todos sabemos que podemos comprar en un mega supermercado de materiales puertas placas por un valor increíble, pero si comparamos la calidad de este producto con otro superior, nuestra económica puerta es de tan mala calidad que les aseguro resulta extremadamente cara.
Lo mismo ocurre con la mano de obra, con las carpinterías, con los materiales sanitarios, con los revestimientos, es decir con todos los componentes de una obra, pero en nuestra profesión no podemos quedarnos solo en el análisis, debemos de tomar decisiones, y entonces esto implica conocer en profundidad cada uno de los productos que intervienen en una construcción sea del tipo que fuere.
¡Atención!, no basta con leer el prospecto del producto, porque el productor no suele decir lo malo del mismo, por lo general siempre se refiere a sus virtudes.
Como conclusión decimos, que para poder realizar un costo acertado, es necesario tomarnos un tiempo apropiado para verificar, consultar, sopesar, ver, analizar cada producto de nuestra obra. También debemos de considerar que no solo se trata de productos, una obra está compuesta por sistemas, debemos de evaluar los sistemas que se componen con esos productos, y quienes proveerán y construirán los diferentes sistemas.
Adoptar un buen sistema de calefacción, para compensar un mal sistema de aislación, no es correcto, como tampoco es correcto no medir el gasto en la adquisición de todo aquello que se ve, como los revestimientos y ahorrar en todo aquello que no se ve como las cañerías, o los cimientos.
Un capítulo aparte digno de otro comentario es la mano de obra, aquí solo diremos que el mejor de los proyectos pude fracasar por una mala o deficiente ejecución, fundamentalmente al utilizar nuestros sistema tradicionales de construcción que demandan mucha mano de obra.
La construcción es madre de muchísimas industrias, su producto es por lo general único, y único es ese valor que encierra a tantos otros, su costo por m2.
FRANCISCO BRUN ARQUITECTURA